“En la capilla del Colegio Mater Salvatoris de Madrid, se ha celebrado ayer por la tarde la Misa Funeral por el eterno descanso de Sole.
Concelebrábamos 6 sacerdotes y han asistido más de un millar de personas. No recuerdo haber visto jamás apreturas semejantes para asistir a una Misa. Habría hecho falta la catedral para dar cabida a todos los que querían entrar. En los pasillos del colegio y a través de las ventanas que se abrían al fondo, cientos de personas se agolpaban para rezar por Sole, para encomendarse a ella y para oír hablar de su vida y de su marcha al Cielo.
Aunque me ha tocado presidir la ceremonia, ha predicado el que fue su confesor, el padre Luis Sánchez, que nos ha conmovido a todos con una homilía llena fervor y de piedad.
Sol y Juan, los hijos mayores ―de doce y diez años, si no me equivoco―, han hecho las lecturas con gran aplomo. Las lágrimas vinieron luego. Las congregantes amigas y compañeras de Sole, leyeron las peticiones de la oración de los fieles.
¿Qué más puedo decir? Al ver aquella multitud estrujada en la capilla y al atravesar a duras penas otra multitud en la procesión desde la sacristía, he tenido la convicción de que estábamos asistiendo a un milagro. La santidad arrastra, y Sole ha comenzado a trabajar desde el Cielo»