CRÓNICA MISIÓN – ENE14

«EL QUE NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR»

Beata Teresa de Calcuta

Como siempre el «día misionero» comenzó con el ofrecimiento al Señor. Le ofrecimos nuestro día, cada una por sus intenciones y todas por una en común: el fruto de la misión. Por fin llego nuestro día, un día en familia en el que nos reunimos todas juntas para hacer misión, celebrar algún que otro cumpleaños, recordar qué es misiones para cada una de nosotras y llenarnos de fuerza para seguir llevando la misión dentro de nosotras durante todo el mes hasta la próxima misión.

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Quedamos a las 8:45 en el colegio y, con algo de retraso, empezamos el ofrecimiento a las 9:15. Hicimos el envío misionero, preparando la misión con la Hora santa acostumbrada, pidiendo por las personas que nos íbamos a encontrar y para que la Virgen y el Espíritu santo nos llenaran del amor de Dios. A pesar del retraso -que no consiguió quitarnos la paz”-, pensamos que nuestra prioridad no era preocuparnos por el tiempo, ya que, en ese día, el protagonista era El de arriba.

«Vísteme despacio que tengo prisa, vísteme deprisa que tengo tiempo»

Llegamos a Ciempozuelos, nuestro lugar de destino. Una vez allí nos separamos por grupos, y nos distribuimos entre residencias y un hospital psiquiátrico. No en todas las residencias se pudieron llevar a cabo las actividades previstas, ya que todas sabemos que la Providencia de Dios es la que decide. En algunas se hicieron actividades como jugar al trivial, cantar, bailar o tocar la guitarra con los ancianos, en otras, simplemente bastó hablar con ellos y hacerles compañía para animarles esa mañana de sábado y transmitirles el mensaje de Dios.

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Las misioneras que fueron al hospital psiquiátrico de San Juan de Dios estuvieron con los discapacitados dando un paseo por la granja, huerta y jardines de allí, dándose en su totalidad a aquellas personas que tanto necesitaban de su amor y servicio. Y como dijo la Madre Teresa de Calcuta: «No debes permitir que alguien se aleje de tu presencia sin sentirse mejor y mas feliz»

Sin darnos cuenta, ya había pasado la mañana y estábamos todas reunidas contándonos, llenas de la alegría contagiada por aquellas personas, nuestras experiencias personales. Comimos en el hospital donde pasamos un buen rato compartiendo anécdotas.

Era alucinante, que miraras a donde miraras, te encontrabas con que el rojo estaba presente en cada una de esas caras, haciendo su misión y uniéndonos como una verdadera familia. ¡¡QUÉ DÍA TAN PERFECTO ESTABAMOS TENIENDO!! ¡Llegó la hora de los juegos!

Comenzamos la tarde conmemorando la misión de las Hurdes con un juego en el que se demostró en cada una de nosotras, y una vez más, la unidad, servicialidad y espíritu misionero.

Y por ultimo, el momento de reunión en el que reflexionamos por grupos, sobre la diferencia entre ser voluntario y ser misionero, sobre la verdadera felicidad que experimentamos solo cuando dejamos de hacer nuestros planes y empezamos a hacer los Suyos, y sobre la realidad de que Dios sale a tu encuentro en el momento en el que te entregas a Él, a través de tantas personas e historias de vida.

«Ella es la gran misionera, Ella obrará milagros» Porque Dios, Creador de todo y todopoderoso, sin necesitar de nuestra ayuda, sale al encuentro de cada una de nosotras, misioneras de la Congregación Mariana del Mater Salvatoris, para pedirnos ser sus instrumentos y así hacer llegar Su palabra a cada persona que nos encontremos a lo largo del camino.

«EN TODO AMAR Y SERVIR»

Casilda Cernuda Pereira e Isabel Gallego de Chaves 1º Bachillerato