Crónica – Excursión a las Machotas

Después de una divertida quedada de Materchef tocaba ponerse en marcha. Las montañeras pequeñas, con mucha ilusión, llegamos al cole el sábado dispuestas a entregarnos con nuestra patrulla y a combatir sin temer las heridas, que fuimos aprendiendo durante el día cómo hacer esto.

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Ofrecimos el día por Venezuela, para que haya paz y se estabilice la situación política, tuvimos muy presentes a todas las niñas de los coles de Caracas y Maracaibo que aunque no conocíamos, necesitan nuestras oraciones. En el ofrecimiento se nos presentó la vida del padre Pro, un beato jesuita que no tuvo miedo a llevar el evangelio a todo México, a pesar de la persecución que había en esa época contra los cristianos y entrego su vida a Dios, diciendo siempre viva Cristo Rey.

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Fuimos subiendo a buen ritmo hacia nuestra cima, las Machotas. Éramos un grupo grande, con pocas jefas, pero fuimos siempre muy unidas y ayudándonos las unas a las otras cuando nos pesaba más la mochila, teníamos sed, etc. Fuimos haciendo mucha piña, jugamos, nos reímos… Llegamos a la cima a las 12 y como nuestro lema es más, más y más decidimos seguir adelante, para conquistar también la siguiente Machota.

Después de cantar el himno a pleno pulmón llegaba el momento más importante, hacer el silencio de cumbres. Contemplamos a Jesús en la montaña, hablando de las bienaventuranzas y acabamos con grandes propósitos de ser pobres de espíritu y mansos. Le pedimos a la Virgen que de vez en cuando nos lo recuerde por si nos despistamos.

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Nos pegamos un buen atracón de comida y un rato de siesta y juegos varios. Empezamos a bajar y en una explanada que había muy agradable tuvimos la RxP, donde aprendimos qué quería decir eso de combatir sin temer las heridas que decimos cada día en la oración montañera. Aprendimos que no hay que tener miedo a las dificultades, si no que hay que ser valientes y luchar por lo que creemos, sabiendo también que hay que apoyarse en los demás, porque llegar a la cima solo no tiene gracia, hay que llegar todos juntos a pesar del cansancio o los obstáculos que podamos encontrar.
Nos encontramos con los chicos y seguimos bajando rezando el Rosario.

Tuvimos Misa todos juntos en una capilla muy acogedora y nos volvimos a Madrid, con ganas de contar todo lo que habíamos vivido en el día y llevar a cabo los buenos propósitos que nos pusimos.

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