Crónica – Montañeros Mater Salvatoris Octubre 2014

Siete Picos y Bola del Mundo

Aún es de noche en Madrid. Sin embargo, con los primeros rayos de luz una serie de coches y autobuses comienzan a reunirse en el Colegio Mater Salvatoris. Poco a poco, una serie de sensaciones invaden el ambiente: el nerviosismo de los novatos, la alegría del reencuentro de los veteranos, y un sentimiento común, la ilusión por la primera marcha de Montañeros.

cronica

A pesar de nuestro elevado número, diligentemente nos subimos a los autobuses que nos llevan a nuestro punto de partida: el Puerto de Navacerrada. Antes de comenzar a caminar, los 40 chicos nos congregamos a un lado del camino, donde estiramos para evitar lesiones mayores, escuchamos unas indicaciones generales, y ofrecemos el día a Cristo y a Nuestra Señora; pues ante todo somos Montañeros.

image-(6)

¡Comienza nuestra marcha! Pero en nuestra compañía reina el silencio. Mas es un silencio que no inquieta el alma, sino que la colma. Así, en silencio contemplamos la naturaleza (en palabras de San Francisco de Asís, al “hermano árbol” y a la “hermana nube”), y damos gracias a Dios por el gran regalo que nos ha hecho, tanto de la creación como por la suerte de poder pertenecer a este grupo. Termina nuestro recogimiento, y las conversaciones llenan el anterior silencio. Y así, paso a paso, poco a poco, subimos hasta el más alto de los Siete Picos, guiados por excelentes jefes y siguiendo senderos indicados por mojones de piedra. Tras una ascensión en un tiempo sorprendentemente corto, conseguimos llegar a la base del escarpado montículo peñascoso en cuya cima encontramos el punto geodésico de Siete Picos (la cima “oficial”). Gracias a un inmejorable trabajo en equipo, conseguimos ascender usando nuestras innatas dotes de escaladores, para admirar las vistas y proferir nuestro grito montañero a los cuatro vientos.

image-(5)

Después de bajar de la cima, y continuar un trecho por el borde de la montaña, llegamos a la Virgen de las Nieves, una preciosa estatua a la cual coronamos con una pañoleta de cada color como Montañera ejemplar que es Ella para cualquier miembro. A continuación de esperar la llegada de un grupo de intrépidos rezagados, almorzamos gustosamente. Tras un breve descanso, emprendemos el descenso a nuestro punto de partida, desde donde debíamos ascender hasta la Bola del Mundo, donde íbamos a celebrar la Misa con las montañeras en un paraje muy difícilmente superable. A pesar de la fuerte pendiente, y de algún viento que soplaba a ráfagas, y que se hacía más persistente cuanto más ascendíamos, no nos amedrantamos. Y otra vez ascendimos en una marca impresionante.

 

image-(7)

foto1

Tras una emotiva Misa, descendimos una vez más y nos subimos a los autobuses, que nos dejaron de nuevo en el Colegio, donde el rosario y unos hilarantes juegos ponían un gran final a la primera marcha del año. No me equivoco si afirmo que, aunque cansados, todos volvimos con una sonrisa de oreja a oreja y unos nervios por saber cuándo sería la próxima actividad para marcar ese día en el calendario. Y es que ahora apenas estamos en la base de nuestra “montaña” de este año; quedan momentos duros, por descontado, pero también lo mejor. Y juntos conseguiremos coronar la cima con éxito y, ante todo, mejorar en el camino.