Este febrero las misioneras hemos hecho misión por Madrid. Como siempre quedamos a las nueve en el colegio y empezamos con el envío misionero que, como todas sabemos, no hay mejor forma de empezar la misión que poniendo nuestro día en manos del Señor.
Después cada jefa tuvo reunión con su equipo, que con el título creo que se dice todo: “EL MUNDO TIENE SED DE DIOS”. Como el mundo tiene sed de Dios, Dios necesita que a través de nosotras las personas le conozcan y no sólo haciendo misión un sábado sino en nuestro día a día porque misionera se es en misiones y en casa, en la universidad, en el colegio…
La misión esta vez fue de mañana. El grupo se dividió en cinco, unas fueron a dos residencias de ancianos, otras a Cottolengo, casa cuna y centro de discapacitados.
Mi equipo, fue al centro de discapacitados. Nos costó mucho encontrar el centro, pero después de hacer turismo por Majadahonda y Pozuelo conseguimos llegar.
Para acercar a Dios a las personas que viven en el centro, organizamos una actividad que consistía en colorear un ángel. Muchos lo hicieron solos y a otros tuvimos que ayudarles. Por detrás cada uno escribía una petición a su ángel de la guarda. Cuando terminaron atamos todos los dibujos en globos y salimos a la calle para que los lanzaran.
Es increíble la sencillez que caracteriza a estas personas, tenían la libertad de elegir por qué o por quién pedir, y prácticamente todos pedían por los demás, muy pocos decían “Te pido que me cures” y si lo hacían, lo hacían con esa pequeñez que siempre me llama la atención de personas con problemas de retraso o discapacidades físicas. El que más me gusto fue el de un joven con unos 30 años, que no se pensó ni medio minuto qué poner y escribió “por el maltrato a las mujeres”. Cuando nos íbamos pensaba: “cómo me gustaría tener la capacidad de ser como un niño pequeño que se deja ayudar, que hace todo con ilusión y que siente las cosas de Dios sin complicarse.” “Para entrar en el reino de los cielos tendréis que ser como niños”
A las dos y media las niñas de 4 de E.S.O y 1 de Bachillerato se fueron a casa y las universitarias comimos en el colegio porque por la tarde teníamos formación. ¡Era una misión especial!
La formación se dividió en dos partes: la primera, la Madre Pilar Abraira nos contó los principios de misiones, cómo empezó todo y cómo desde el principio se veía que misiones no era una cosa nuestra sino de Dios y que aunque los inicios siempre son difíciles si vienen de Dios poco a poco todo va saliendo. Y que aunque pareciera una tontería ahora mismo nosotras seguimos haciendo historia, la historia de Misioneras, por eso es importante saber que esto no es algo mío, sino que viene de Dios.
La segunda parte nos la contó Techu, y nos habló de la importancia de las jefas y de cómo debe ser una jefa. Esta parte se puede resumir con una pregunta ¿Qué huella quiero dejar en mis niñas y en un anciano, discapacitado o niño? Y una frase NADIE DA LO QUE NO TIENE Y NADIE DA LO QUE NO VIVE.
Acabamos el día con exposición del Santísimo en la que antes de finalizar, cada una se puso de rodillas ante el Santísimo y dejó en sus manos todas esas cosas que le agobiaban o le preocupaban. Dos minutos personales de Tú a tú que todas agradecimos. ¡Qué gran manera de acabar la misión! Cuando dejas las cosas en sus manos todo va mucho mejor.
Cristina Ramírez Vila-Coro