Día 9

SanFranciscoJavier

Día 9: 3 de diciembre

ORACIÓN INICIAL

Tú, Señor, encendiste en el corazón de Javier un celo ardiente por la salvación de las almas. Haz que, uniéndonos a Ti, prenda en nosotros ese mismo fuego apostólico que nos lleve a gastarnos y desgastarnos por el bien de nuestros hermanos. Por Cristo, nuestro Señor.

LA MUERTE DEL SANTO A LAS PUERTAS DE CHINA

Javier sueña con entrar como sea en la China y, mientas espera, se encuentra enfermo, solo, desprovisto de todo socorro humano, acostado en una pequeña choza abierta al frío y a los vientos, sin más consuelo que el que viene de Dios… Y acompañado por el fiel Antonio de Santa Fe, entregó su ama a Dios al despuntar el 3 de diciembre de 1552. Tenía 46 años. Había recorrido 120.000 kilómetros, como tres veces la tierra, predicando a Cristo y ganando corazones para Dios.

Pocos días antes había escrito a San Ignacio:

+ Isla de Sancián (China) a 20 de noviembre del año de 1552

Muy querido en Nuestro Señor, padre Ignacio:

Aprovecho estos días de larga espera hasta que venga el barco que Dm me conducirá a la China, para escribiros unas líneas.

Finalizada mi etapa de evangelización en Goa (India), con todavía dolor en los brazos de tantas personas que bauticé, me dispongo a partir ardiendo en deseos de llevar a Cristo a nuestros hermanos que por miles no conocen el amor de Dios, y lo hago conforme a vuestras instrucciones de “Ve al oriente y préndelo en llamas de Amor ”.

Quiero confesaros que hoy, como San Pablo, siento que el momento de mi partida es inminente por lo que no ceso de daros las gracias por aquellos lejanos días en París en que trajisteis a la mejor de todas las compañías: “la de Jesús”, en la que he servido a Su Divina Majestad con tanto empeño como gracias de El recibí. Hasta siempre.

Ad Maiorem Dei Gloriam.

Francisco Javier

Petición. Padre nuestro, avemaría y gloria.

ORACIÓN FINAL 

Señor Dios nuestro, Tú has querido que numerosas naciones llegaran al conocimiento de tu nombre por la predicación de san Francisco Javier; infúndenos su celo generoso por la propagación de la fe y haz que tu Iglesia encuentre su gozo en evangelizar a todos los pueblos. Por Jesucristo nuestro Señor.