Un sábado más, ¡pero no un sábado cualquiera! Los montañeros Mater Salvatoris nos reunimos como cada mes en el colegio para ascender a las más altas cimas, ofreciendo el día al Señor y a La Virgen.
La ruta organizada para esta excursión era siete picos, pero debido a distintos motivos la cima se tuvo que cambiar por la de la peñota. La virgen nos tenía guardado un día muy especial ¡pues no nos faltó de nada!
Empezamos la excursión poniendo el día en manos del Señor con el habitual ratito de silencio. Al principio costó un poco encontrar el camino pero con la ayuda de la Virgen no fue tan difícil como pensábamos.
En nada estábamos en la cima, pues entre las canciones, los ánimos, las risas, la nieve… ¡el tiempo pasó volando! Una vez arriba no hay nada mejor que cantar el himno con las vistas que teníamos y, tras esto, hicimos el silencio de cumbres pues como montañeros vemos en la creación la grandeza de Dios.
Después decidimos bajar a una explanada un poco más amplia para poder hacer el juego que nos habían preparado las jefas, comer y hacer la reunión por patrullas. Seguido, nos juntamos con todos los montañeros para celebrar la Santa Misa. Después del día tan estupendo que nos hizo, comenzamos a bajar en medio de risas, caídas, canciones y momentos que recordar.
De esta excursión nos llevamos las fuerzas necesarias hasta la siguiente actividad, la gran acampada 2017.
POR CRISTO, POR LA VIRGEN, POR ESPAÑA. MÁS, MÁS Y MÁS.
Blanca Castedo, pañoleta roja.