Por fin llegó la esperada acampada y una vez más, la Virgen se las ingenió para sorprendernos a todos y hacer de estos días una acampada inolvidable. El 31 de Marzo nos reunimos todos los montañeros en el colegio Mater Salvatoris para iniciar el viaje en autobús al campamento El Piélago, en Toledo.
Cuando los autobuses llegaron al campamento, todos nos dispusimos a instalarnos en las cabañas asignadas; mientras tanto, jefas y subjefas preparaban el gran juego que acontecería por la noche. Llegó la hora de la cena, y las patrullas se reunieron en el comedor junto con sus respectivas jefas para cenar; ¡no se imaginaban lo que les esperaba cuando terminaran! Una vez acabada la cena disfrutamos del juego que nos habían preparado, por último, acabamos el día haciendo el examen de conciencia. ¡A día siguiente nos esperaba la gran ascensión!
El sábado amanecimos pronto y lo primero que hicimos fue izar las banderas y encomendarle el día a nuestra Madre la Virgen. ¡Empezamos así un gran día! Tras desayunar y preparar las mochilas, nos pusimos en marcha y coronamos nuestra cima con el mismo entusiasmo de siempre.
Empezamos la excursión poniendo el día en manos del Señor con el rato de silencio habitual. La subida había empezado pero no se hizo muy dura ya que íbamos todas cantando y animando a las demás. Hubo una pequeña paradita, que dio para mucho. Pudimos preparar la velada de por la noche y tomar algo para reponer las fuerzas. En nada llegamos a la cima, donde tuvimos la misa. Más tarde comimos y las patrullas continuaron preparando sus canciones y bailes para su actuación de la velada. Tuvimos también nuestro habitual silencio de cumbres, que terminamos cantando el himno.
A la vuelta, ya en el campamento, tuvimos la suerte de tener un rato de Exposición del Santísimo y rezar por las nuevas pañoletas que se iban a imponer al día siguiente. También tuvimos la suerte de poder renovar todos juntos nuestras pañoletas delante de Jesús expuesto en la custodia. Fue un momento muy emocionante para todas las pañoletas, desde los chicos con su pañoleta verde hasta las amarillas. Una vez listos todos los montañeros frente a las banderas, las arriamos, recogiendo así con ellas todo el día. Cenamos y las niñas se prepararon para la velada que habíamos preparado las de primero de bachillerato, en la que cada patrulla tenía que inventar una canción con un baile, contando una virtud de la Virgen y cómo vivirla en el día a día; esta vez hubo un invitado especial, ¡las jefas también participaron! Para acabar el día hicimos el examen de conciencia por patrullas revisando así todo el día.
El domingo nos despertamos y fuimos al izado de las banderas donde hicimos el ofrecimiento de obras. Tras acabar el desayuno tuvimos un rato de orden y terminamos nuestras maletas. Empezamos con el taller a la vez que cada patrulla iba media hora a hacer oración delante del Santísimo en el Sagrario de la capilla. En el taller se vio cómo todas las montañeras mayores nos habíamos unido un montón durante la acampada. Después del taller y del rato de oración participamos todos juntos de la Santa Misa. Después de comer, nos reunimos todos frente a las banderas donde tuvimos la entrega de las nuevas pañoletas e insignias y el arriado final, en el que se recogía todo lo aprendido durante la acampada. Finalmente, rezamos todo el grupo de montañeros juntos el rosario, en el que ofrecimos a la Virgen todos nuestros propósitos y frutos recogidos de la acampada. Volvimos todas a casa repletas de esa alegría que nos llena después de cada actividad del grupo y con ganas de poner en práctica todo lo aprendido.
POR CRISTO, POR LA VIRGEN, POR ESPAÑA. MÁS, MÁS Y MÁS.
(Carmen Madero, pañoleta roja)