7 de Octubre en Abantos

Después de un largo y caluroso verano comienzan por fin las excursiones de Montañeros. Después de un pequeño madrugón llegamos al Colegio Mater Salvatoris que era de dónde salían los buses. Los veteranos estábamos con muchas ganas de volver a darlo todo y hacer nuevos amigos para que los que venían por primera vez se sintieran a gusto y se lo pasaran genial. Cómo siempre decimos, lo que se aprende en montañeros no es para guardárselo a uno mismo, es para darlo a los demás.

Una vez ya en los buses llegamos al Monasterio del Escorial, que era dónde íbamos a empezar a caminar. Ahí nos explicaron cómo nos íbamos a organizar y nos dijeron nuestra patrulla y quienes eran nuestros respectivos jefes, con los que teníamos que ir durante la excursión. Posteriormente hicimos el calentamiento por fuera para evitar lesiones, y luego interiormente, para ofrecer el día al Señor y escuchar unos puntos de oración del Padre Luis.

En el Monasterio del Escorial

En el Monasterio del Escorial

Llega el momento de empezar a caminar, la primera media hora en silencio meditando los puntos del Padre. Luego, después de un breve descansillo de beber un poco de agua, seguimos andando junto a nuestra patrulla, hablando, cantando y conociéndonos entre nosotros. Después de un rato llega la tan deseosa y suspirada primera parada, para comer el aperitivo que nos habían preparado nuestras madres que siempre están pensando en todo lo que vayamos a necesitar.

 

Después de reponer fuerzas nos volvemos a poner por patrullas y seguimos caminando dirección a nuestro objetivo; “Abantos”. Nos costaba un poco volver a coger el ritmo, pero sabíamos que arriba en la cima estaba la recompensa, y que como Montañeros que somos nunca dejamos nada a medias. Seguíamos caminando hasta que cuando ya casi estábamos arriba nos encontramos con una fuente donde descansamos un poco y aprovechamos para rellenar las nuestras cantimploras. Estábamos muy cansados pero dispuestos a hacer la recta final y llegar a la cima.

2

Una vez en la cima hicimos lo primero que hace un Montañero cuando llega a una cima, que es contemplar toda la creación haciendo lo que llamamos silencio se cumbres. Para dar gracias al Señor y a la Virgen por el día tan bueno que estamos pasando.

3 4 5

Después del silencio de cumbres, nos fuimos con los jefes para tener la RxP (Reunión por patrullas) sobre “Las raíces y fuentes de la vida cristiana”, dónde aprendimos como es un buen montañero en el día a día y cómo vivimos nuestra relación con Dios y con la Virgen dependiendo de las circunstancias de la vida. Pudimos aprender muchas cosas para también conocer más a Jesús y ser más amigo suyo por medio de María.

6

¡Llega la hora de comer!! Teníamos muchas ganas, comimos lo que nos habíamos traído y también compartimos con nuestra patrulla lo que teníamos como buenos amigos.

Descansamos un rato, jugamos, corrimos y disfrutamos de la naturaleza, hicimos juegos con nuestros amigos.

7

Luego empezamos a bajar para reunirnos con las Montañeras y tener en una pradera al lado de la presa lo más importante del día, la Santa Misa. Tuvimos una misa muy montañera en medio de la naturaleza con un altar hecho por nosotros con nuestras mochilas. Estuvimos ensayando las canciones del coro y hubo tiempo por si nos queríamos confesar.

8 9 10

Después de la misa, sin más dilación para que no se nos hiciese de noche nos dirigimos a los autobuses para regresar a Madrid, dónde en el colegio nos esperaban nuestros padres, con ganas de que les contáramos que tal habíamos pasado el día. Y muchos de nosotros sin dudarlo llegamos contentos y transformados, con ganas de repetir en la siguiente excursión. Teniendo muy presente que siendo Montañeros de María siempre aspiramos al Más, Más y Más hasta llegar a la Santidad.