Llegó la hora, ya la tercera excursión de la temporada. Algunos chavales con ganas, otros obligados por papá y mamá; lo de siempre. Allí en el Mater, a las ocho y media todos puntuales como relojes cogimos los autobuses que nos llevarían a la silla de Felipe II, donde empezaría la excursión.
Después del habitual calentamiento para evitar tirones y esas cosas, y un calentamiento interior con los puntos del Padre Luis, empezamos la media hora de silencio en oración, agradeciendo al señor la obra de la creación. Una vez terminada la oración y pasado un ratito caminando tuvimos la primera parada, donde los aprovechamos para beber un poco de agua y comer un pequeño tentempié.
Después de la paradita, explicar a los chavales que no íbamos a comer ahí todavía porque eran las once y media de la mañana y recoger los papelitos para cuidar la naturaleza, continuamos la marcha hacia los dos picos que coronaríamos, Las Machotas. Un rato después llegamos allí, con un viento curioso y algo desanimados porque no había nieve, sujetamos a los chavales más delgados para que no se volasen e hicimos el grito de montañeros, con su posterior silencio de cumbres para que como buenos montañeros pudiésemos contemplar las vistas y dar las gracias a Dios por la creación y todo lo que nos da en el día a día.
Por el viento que hacía no nos pudimos quedar mucho tiempo ahí, entonces bajamos un poco a un sitio donde pudiésemos tener interesante RxP con nuestros jefes, en la que hablamos de un tema que es de los más importantes por no decir el que más que era La Navidad, aprendimos muchas cosas nuevas de cómo vivirla mejor acercándose mucho al niño Jesús en el portal.
Después de la RxP comenzamos el descenso para hacer un poco de tiempo antes de comer. Comimos a mitad de la bajada refugiados en un muro para evitar el viento. Terminamos la bajada en El Escorial donde vimos el tradicional belén a tamaño real que montan en las calles del pueblo. Después de eso tuvimos misa en el convento de monjas de ahí, donde montañeros y montañeras compartimos una eucaristía donde se habló del buen día que habíamos pasado en la montaña.
En definitiva, un día genial acompañados del Señor.
MÁS, MÁS Y MÁS.