El sábado 17 de Febrero, la Virgen volvió a reunirnos a su grupo de Montañeros para la marcha mensual: esta vez tocaba coronar La Peñota. Nos esperaba un día muy divertido y lleno de ilusión. 
Al llegar en autobús a la sierra, nos dividimos por patrullas para poder empezar la marcha. Sin olvidar haber puesto el día a los pies del Señor y la Virgen con el ofrecimiento de obras. Aprovechamos el primer ratito andando para hacer silencio y poder darle las gracias a la Virgen por hacernos sus montañeras, y pedirle que nos acompañase a lo largo del día y poder así llegar juntas a la cima.
Aunque no pudimos coronar debido a la niebla Ella nos acompañó en todo momento, mientras cantábamos, nos ayudábamos unas a otras… Muy cerca de la cumbre esperaban las montañeras mayores y los chicos con muchas bolas de nieve preparadas, iniciando una gran guerra de nieve a nuestra llegada. Ese espacio que empezó siendo nuestro campo de combate se transformó en un perfecto lugar de recogimiento. Y allí arriba, a pesar del frío, tuvimos la suerte de poder disfrutar de la misa y de una comida todos juntos.
Ya a la hora de comenzar el descenso nos llevamos una sorpresa. Pudimos bajar gran parte de la montaña deslizándonos sobre nuestras capas de agua, e incluso, las más valientes, en trineo. ¡Fue una bajada muy rápida y sobre todo divertida! También aprovechamos la bajada para rezar el Rosario, cuidando ese rato especialmente. En un llano en el camino paramos a hacer el silencio de cumbres. A pesar de no hacer lo en la cima disfrutamos de unas vistas impresionantes: no podíamos más que darle gracias al Señor por ello. Después de este rato, las jefas nos habían preparado un juego muy divertido, que nos ayudó a conocernos mejor entre nosotras.
Tras un día de disfrute con nuestras patrullas y jefas, llegó la hora de volver de la montaña. Aunque eso no quería decir que hubiese acabado nuestra marcha. Al llegar al colegio, tuvimos un rato de merienda, y terminamos este gran día con la reunión por patrullas, en la que hablamos, como estamos haciendo durante este curso, de una estrofa del himno montañero, con el que poco a poco nos vamos familiarizando más. Esta vez vimos la frase: “Vamos pues a ser valientes con un corazón leal, no temamos darlo todo por el más noble ideal”.
Todas volvimos agotadas, pero con muchas ganas de la próxima marcha, que será en la acampada. Fue un día muy especial, en el que las montañeras no solo disfrutamos mucho, sino que también pudimos superarnos a nosotras mismas ofreciendo el frío y aprovechando el gran día que la Virgen nos había regalado, dándole las gracias y viviendo por Ella nuestro lema “Siempre más”.