Y por fin llegó el esperado 6 de octubre. Un curso más los montañeros del Mater Salvatoris nos pusimos las botas para coronar nuestra cima. Como siempre, habíamos quedado a las 8:30 en el colegio para emprender nuestro trayecto a la sierra. El curso apunta muy alto, pues debido a la gran cantidad de niñas que la Virgen quiere en este apostolado, se ha tenido que hacer una pequeña separación en el grupo de montañeras mayores, surgiendo el grupo de montañeras medianas (formado por las niñas de segundo y tercero de la ESO).
El autobús nos dejó en Cotos y tras nombrar las patrullas nos pusimos a andar. Empezamos el camino con el habitual ratito de silencio, para poder ofrecer el día a la Virgen y poner nuestras dificultades en sus manos.
Antes de hacer nuestra primera parada, en la “Bola del mundo”, no faltaron los cantos y los ánimos que hacían el camino más ligero.
Después de recuperar fuerzas volvimos a coger las mochilas para llegar a nuestra cima. Una vez allí hicimos el silencio de cumbres, en el que pudimos entender la grandeza de Dios a través de las vistas.
Y antes de empezar a comer, cantamos nuestro himno montañero coronando así La Maliciosa.
Tras la comida y un ratito de descanso, nos reunimos para jugar a Pistolero.
Una vez acabado el juego, nos colocamos para el momento más importante del día, la Santa Misa, que además tuvimos la suerte de poder celebrarla en la cima.
Blanca Castedo, pañoleta azul.