Crónica Profesionales
Llegó por fin el esperado fin de semana de la Javierada. La peregrinación tenía como lema: “Enviados”, con el que se nos invitaba a salir de nosotros mismos para retomar con nuevo impulso la responsabilidad de proclamar la Buena Noticia del Evangelio a todas las personas.
La Javierada empezó el viernes por la tarde. Todos los peregrinos nos distribuimos en distintos coches y fuimos saliendo poco a poco a lo largo de la tarde. Nos alojamos en el Albergue Bizkaia, situado en el pueblo de Aibar, a pocos kilómetros del castillo de Javier. Después de reencontrarnos todos los jóvenes y cenar, nos metimos en la cama pronto para descansar bien y coger fuerzas para la gran marcha del día siguiente. El Cristo de la Javier nos esperaba con su gran sonrisa.
El sábado, nos levantamos sobre las 7 de la mañana y después de desayunar y preparar bien la mochila, nos dirigimos hacia Ujue. Allí, tuvimos una misa muy especial con todo el grupo de la Congregación Mariana, aproximadamente 500 peregrinos de distintos grupos: familias, universitarios, alumnas del colegio y profesionales. Empezamos el día acompañando a Jesús en la Eucaristía y realizando un obsequio a la Virgen.
A continuación, empezamos la marcha, siempre encabezada por la Virgen, que cargaba todos nuestros obsequios. El tiempo nos acompañó con una temperatura y un sol maravillosos. Las familias se separaron para seguir su peregrinación por otro camino. A lo largo del día fuimos haciendo pequeñas paradas para hacer el Via Vite. En esas estaciones contemplamos la vida de San Francisco Javier, para conocerle más y poder empaparnos de su espíritu misionero.
Una vez andados 25 km, los profesionales llegamos al Albergue los primeros y pudimos ducharnos y cenar antes de tener, por primera vez, la hora santa en la Iglesia de Aibar. Este fue otro de los mejores momentos de la Javierada. Después del cansancio del día, Dios nos invitó a descansar en Él. Pudimos tener un rato de adoración e intimidad con el Señor. Para finalizar el día, adoramos al Cristo del Amparo que como muy bien nos explicó el párroco de Aibar, ha derramado muchas gracias sobre los hombres que le han adorado.
El domingo, madrugamos un poco más para poder llegar a Sagüesa puntuales y aparcar en el Hotel Yamaguchi. A las 8 am empezó el Via crucis y comenzamos a andar encontrándonos con todos los peregrinos de distintas partes de España que también se dirigían a Javier. El cielo se fue despejando a medida que veíamos el castillo. Caminados 8 km, por fin, llegamos a Javier.
El Arzobispo de Pamplona celebró la Santa Misa para todos los peregrinos y nos recordó el porqué del lema de este año. La importancia de acercarnos y acercar a los demás a Jesús para poder encontrarnos con ese amor misericordioso que se nos entrega y nos espera. Para terminar la Javierada no podía faltar la visita al Cristo Sonriente, nos esperaba con su sonrisa y con su costado abierto para mirarnos con amor y esperanza.
Julia Allende.
Crónica Familias
Un año más acudimos los peregrinos a la convocatoria de la Congregación del Mater teniendo esta vez muy presente el mensaje del Papa de Cuaresma: “pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión”.
El lema de la Javierada de 2019 “Enviados”, la verdad es que prometía, y era un anticipo del “Bautizados y enviados” que nos espera en el mes Misionero extraordinario que ha convocado el Papa en octubre de este año.
El fin de semana estuvo lleno momentos muy intensos y emocionantes. Uno de los momentos centrales fue la Misa que el sábado tuvimos a las 9 de la mañana, oficiada por D. Luis de Prada, en la maravillosa Iglesia de Santa María de Ujué, con toda la Congregación, unas 600 personas, con el grupo de alumnas y Montañeros, jóvenes, profesionales y el grupo de familias.
Al finalizar la Misa, iniciamos el grupo de familias un recorrido de 17 kilómetros que nos llevaría hasta el pueblo de Eslava, después de caminar juntos durante unas cinco horas con un tiempo magnifico. Durante el recorrido hicimos varias paradas en las que el Padre Jesús Robledo, nos ilustraba con diferentes pasajes de la vida de nuestro Patrón San Francisco Javier, que invitaban a la reflexión y meditación. Todos estábamos muy atentos a las preguntas de D. Jesús, especialmente los niños que contestaban sin dudar “de que te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma” o cuando en un exceso de entusiasmo a la pregunta de que Compañía fundó San Ignacio de Loyola, los más pequeños gritaban…..¡”La Compañía del Salvador”!.
Otro de los momentos especialmente emocionantes del fin de semana fue la hora Santa que tuvimos a las 20 horas del sábado en la Iglesia de Beire. En una primera parte D. Jesús cautivó a los niños con una meditación muy orientada para ellos de la que también sacamos mucho partido los mayores, queriendo ser como niños en nuestro trato con Dios, y una segunda parte ya solo para los mayores.
Después de la cena, sentados alrededor de D. Jesús, también tuvimos un momento para compartir nuestras vivencias de lo que nos estaba aportando esta Javierada.
El domingo, después de levantarnos a las 6 de la mañana, salimos a las 7 muy puntuales hacia Sangüesa con el objetivo de aparcar en el Hotel Yamaguchi y poder incorporarnos sin contratiempos a la peregrinación que salía a las 8 desde allí.
Había niebla en el momento en que comenzamos a caminar para recorrer los 7 km hacia Javier, pero a medida que nos acercábamos a nuestra meta, unos rayos de sol se asomaban en el cielo e inundaban de luz y calor el paisaje y también nuestros corazones.
Ya en Javier, en la Santa Misa oficiada por el Arzobispo de Pamplona Monseñor Francisco Pérez, se nos recordó que estas peregrinaciones son una llamada permanente a vivir el evangelio y a sentirnos misioneros en el mundo de hoy, como lo fue San Francisco Javier.
Y con las mochilas repletas de ilusión y de esperanza, después de la tradicional foto de toda la Congregación, delante del Castillo, emprendimos el viaje de regreso a Madrid.
Gonzalo Prado
Crónica Universitarios
El pasado viernes 8 de Marzo, los peregrinos de la Congregación Mariana del Mater Salvatoris nos reunimos en el colegio con muchas ganas de pasar un fin de semana todos juntos. Salimos en los autobuses camino a Estella donde nos esperaban el resto de las alumnas del colegio y los peregrinos del Mater Salvatoris de Lérida y Barcelona. Una vez allí, disfrutamos por grupos de una reunión donde comentamos y pudimos profundizar en el lema de la Javierada de este año: “Enviados”. Después de cenar, nos divertimos jugando a deportes como futbol, volleyball y baloncesto antes de irnos a dormir. Terminamos el día con un examen de conciencia todos juntos a los pies de nuestra Virgen Mater Salvatoris.
El sábado por la mañana, tras descansar y coger fuerzas para el día que nos esperaba, nos dirigimos a Ujué para encontrarnos con todos los peregrinos de nuestra congregación donde, familias, profesionales, universitarios y alumnas, pudimos empezar el día poniéndonos en manos de Jesús y de la Virgen, participando en la Eucaristía y ofreciéndole a la Virgen nuestra madre, todas nuestras intenciones para esta peregrinación en un obsequio. Después de esto, ¡Empieza el día! Nos ponemos en marcha al castillo de nuestro patrono San Francisco Javier escuchando una reflexión sobre su vida en la primera etapa del Vita Vitae. Todos juntos empezamos el camino con un rato de silencio hasta la primera parada, donde los universitarios y profesionales continuamos el camino despidiéndonos de las familias hasta el día siguiente. Con el tiempo estupendo que El Señor nos regaló durante el día, tuvimos la oportunidad de disfrutar y conocernos todos juntos un poco más siguiendo a La Virgen que nos guiaba la primera.
Después de todo el día en camino, llegamos a Cáseda, donde con mucha alegría nos recibieron los habitantes del pueblo. Allí después de cenar, tuvimos el regalo de poder estar con El Señor en la Parroquia de la Asunción de Cáseda durante una hora santa con el Santísimo expuesto. En ella, además de agradecer el gran día que habíamos pasado, tuvimos la suerte de presenciar el acto de renovación de brazaletes de las Misioneras.
Y por fin, llegó el domingo, el día más esperado por todos. Nos despertamos, hicimos la maleta y los autobuses nos llevaron hasta Sangüesa donde todos juntos detrás de las banderas de nuestra congregación, y el resto de los peregrinos que iban a Javier, emprendimos el camino hasta el castillo de nuestro patrono acompañado con el rezo del Vía Crucis. Al llegar, nos inundó un sentimiento de alegría ¡Por fin habíamos llegado! Y como todo peregrino, una vez allí, en la explanada del castillo tuvimos la suerte de presenciar la misa celebrada por el arzobispo de Pamplona y el obispo de Tudela donde, con su tradicional homilía nos transmitió a todos los peregrinos la importancia de ser llamados a “mirar la vida con los mismos ojos con los que nos mira el Señor” destacando que “esta es una luz que nunca se apagar porque siempre está encendida”.
Después de participar todos juntos en la Eucaristía, pudimos disfrutar de la solemne imposición de pañoletas y el canto del himno de los Montañeros de nuestra Congregación con entusiasmo y alegría. Después de esto, llegó un momento muy especial, por orden nos dirigimos a hacer una visita al Cristo de Javier, que un año más nos esperaba a todos para contagiarnos esa sonrisa y poner en sus manos todas nuestras intenciones para la vuelta a casa. Finalmente, terminamos este gran fin de semana con la tradicional foto de grupo de todos los miembros de la congregación, cada año más numerosa.
Finalmente, volvimos a los autobuses con mucha alegría y agradecimiento por este regalo que el Señor nos ha hecho, y disfrutando del testimonio de muchos de nuestros congregantes sobre esta experiencia, volvimos a casa con ganas de entregarnos y llevar al día a día todo lo aprendido en este fin de semana.
María