El pasado sábado 25 de enero las montañeras medianas volvimos al parking del colegio, ¡Que ganas teníamos de empezar el año subiendo la montaña con todas nuestras amigas!
Nos montamos en los autobuses y desde el principio de podía notar la alegría en el ambiente. Nuestra cima del día era el monte Abantos y después de que los autobuses nos dejaran cerca de El Escorial, empezamos a subir.
Con el ratito de silencio, que siempre hacemos al principio de la excursión, pusimos el día a los pies de nuestra Madre, la Virgen, y a pesar de la lluvia y la espesa niebla continuamos subimos entre canciones y risas.
Poco a poco el tiempo empeoró y por recomendación de las Montañeras Mayores que iban por delante de nosotras, decidimos no llegar hasta la cima. Ya que había mucha nieve y podía ser peligroso, por lo que nos detuvimos a hacer el silencio de cumbres con vistas a la niebla. Por fin llegó la hora de la comida, aunque hacía mucho frío y nos costaba mover las manos sacamos fuerzas para comernos todo lo que habíamos traído con mucha ilusión desde casa.
Alguna patrulla (merecedora de la insignia de técnica montañera), usó su ingenio, un árbol caído, dos capas de agua y unos cuantos palos para agenciarse una buena cabaña y protegerse de la lluvia.
Por la tarde, nos recogieron los autobuses y fuimos al colegio donde nos pudimos poner ropa seca y una vez que habíamos entrado en calor, nos entretuvimos con unos juegos súper divertidos que habían preparado nuestras jefas.
Pero antes de irnos a casa, nos reunimos con el resto de grupos de montañeros para celebrar la Santa Misa en la capilla de bachillerato y así poder darle las gracias a la Virgen y al Señor por todas las cosas buenas que nos había preparado durante el día y nos fuimos todos a casa con muchas ganas de la siguiente excursión.
