Nuevo año, nueva cima, misma misión: subir a la cumbre por María.
El pasado Lunes 4 de enero los Montañeros fuimos a Abantos, todo un clásico en las cumbres de Montañeros. La mañana estaba llena de madrugones, frío y no había salido todavía el sol, pero empezaba a notarse la alegría del reencuentro de los montañeros ya en el bus. Estábamos calentando motores para empezar este año con fuerza de la mano de María.
Una vez despegaron los buses rumbo a Abantos, en el bus, después del ofrecimiento para la excursión, ya se escuchaban risas y cánticos de todos los montañeros. Estábamos animados porque creíamos que íbamos a tener nieve en la excursión, y estuvimos en lo cierto.
Empezamos a subir por patrullas de la mejor forma posible, haciendo oración en silencio, -pues como decía Santa Teresa de Jesús “15 minutos de oración dan el cielo”-. El H. Tomás, que suele venir con nosotros a las excursiones, desgraciadamente no pudo venir para guiarnos en esta oración, pero los jefes dieron puntos de oración gracias al P. Luis que está codo con codo con ellos.
Tras la oración, ya habiendo calentado el alma, tocaba calentar nuestro cuerpo porque con el frío que hacía parecía que estábamos en el mismísimo Polo Norte. Daban ganas de subir más rápido para entrar en calor. No apetecía ni coger unas patatas en algún descansillo porque sino se te congelaban las manos, aunque en verdad lo que sí apetecía era coger un par de bolas de nieve por el camino y hacer alguna pequeña guerra, a coste de la congelación de las manos jajaja.
Durante todo el día estuvimos con nuestra patrulla por las medidas que teníamos que tomar, siempre con la distancia de seguridad. Fue un buen día de rememorar campamentos y excursiones de otros años, un reencuentro espectacular que cada vez valoramos “más, más y más” gracias a Dios y a la Virgen.
Como sabíamos que iba a ser un día más corto de lo normal porque teníamos la suerte de ir a Misa en la parroquia Santa María de Caná, entonces los mayores metimos el turbo para poder llegar lo más alto posible. Al final no conseguimos subir a la cima, pero pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares -sólo faltaba banda sonora- y de más nieve jajaja.
Como lo vimos en la excursión, el montañero no es sólo quien corona la cima sino quien reza en ella. Por ello, tuvimos el silencio de cumbres, uno de los momentos más bonitos e importantes del día para poder hablar con Dios y admirar la creación!
Después tuvimos la rxp, que versaba sobre el sacramento de la Eucaristía, ya que en cada excursión estamos viendo los sacramentos, necesarios para el camino de la santidad como vimos en la rxp.
Tras la rxp comimos con gusto, jugamos a alguno de los juegos más clásicos y divertidos, y luego nos subimos a los buses rumbo a Caná. La misa la dio el P. Luis y fue el momento más importante del día. Hacía casi 1 año que los montañeros no habíamos estado en una misa juntos, fue increíble.
Después de haber recibido a Cristo, nos subimos a los buses y volvimos al parking de la Universidad de Francisco Vitoria, que fue el nuevo punto de salida y de llegada en esta excursión.
Este año 2021 acaba de empezar y es un año en el que hay que tener más presente que nunca el lema de los Montañeros, el SIEMPRE MÁS de San Francisco Javier, ayudados y acompañados de nuestra Madre la Virgen.
Feliz año!
Un montañero