Enero en Las Machotas

El pasado sábado 30 de Enero, el grupo de Montañeros del Mater Salvatoris tuvimos la gran suerte de irnos de excursión a Las Machotas, en la sierra de Guadarrama. A pesar de la situación complicada que vivimos estos días, disfrutamos de cada momento del día apreciando el poder estar ahí un sábado más.


Quedamos temprano en la Universidad Francisco de Vitoria, donde nos esperaban los buses que nos llevarían a la sierra. Al llegar, comenzamos el día ofreciéndolo y fijándonos en la figura de Pablo Domínguez, un montañero como nosotras que admiraba la naturaleza porque reconocía en ella la huella de Dios.

Él nos enseña a no acostumbrarnos y a vivir siempre maravillados con las cosas de Dios.

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“Vamos a la montaña para buscar a Dios, pero en realidad, debemos dejarnos encontrar por Dios, porque es Él el que siempre nos busca”

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Como es habitual, tuvimos un ratito de silencio y recogimiento interior, donde dejamos en manos de la Virgen, nuestra Madre y mayor modelo, nuestras intenciones y preocupaciones. Después, empezamos a cantar todas juntas mientras subíamos por patrullas, animándonos unas a otras y disfrutando de las vistas que sin duda eran increíbles. Y aunque casi nos lleva el viento a alguna, conseguimos llegar a la cima y hacer silencio de cumbres y cantar el himno todas juntas.

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Después de comer, tuvimos un juego que consistía en explicar el significado de las pañoletas y como simbolizan el crecimiento personal dentro de este apostolado, para ello preparamos canciones y algún que otro baile improvisado por patrullas. Antes de bajar, nos reunimos para hacer las RxP (4 de la ESO) y la Formación (1 BTO) que son momentos muy especiales para empaparnos, escucharnos y aprender unas de otras.

Por último, durante la bajada y como es habitual, rezamos el rosario por patrullas hasta que llegamos a los autobuses, que nos llevaron de vuelta a la Universidad. Después de un día lleno de alegría nos toca ahora contagiarla a los demás y a reflejar lo que hemos aprendido porque somos montañeras todos los días.

Marta Ondaro, pañoleta roja