MISIÓN DE FEBRERO 2019

Ávila, 16 de Febrero de 2019.

Como cada mes, las misioneras nos reunimos para llevar a cabo nuestra esperada misión. Todas estábamos deseando que llegara tras el éxito de la misión de fin de semana. Quedamos como siempre en el cole para tener todas juntas el envío misionero. En este envío nos dimos cuenta de que todos los cristianos estamos llamados a la misión y de cómo nosotras solo somos un mero instrumento y que es Jesús el que realmente da los frutos pero esto solo se puede llevar a cabo si nosotras somos dóciles y capaces de colaborar en sus planes siempre ayudadas por Nuestra Madre. Tras el envío, con las pilas cargadas y dispuestas a llevar al igual que los apóstoles un mensaje de alegría, nos dividimos en equipos y pusimos rumbo a Ávila.

Por la mañana nos dividimos en dos centros de discapacitadas. Allí pudimos llevarnos la inmensa alegría de los residentes de cada centro y aprendimos mucho del resto de las misioneras. Hicimos unas estrellas en las que cada residente le hacia una petición a la Virgen porque Ella es la verdadera estrella, es la que nos guarda en cada momento y nos ayuda a llegar a Dios. Cada estrella era una verdadera obra de arte.

Después nos juntamos todas en el Centro Villa Santa Teresa y tuvimos Misa. En la Misa, las residentes del centro nos dieron una verdadera catequesis. Más tarde, pudimos disfrutar de una exquisita paella junto a los residentes.  Desde aquí solo podemos agradecer a las Hermanas y a todos  las trabajadoras del centro por organizar esta comida tan rica y que con tanto cariño prepararon.

En la reunión por equipos hablamos de la capacidad de compasión que tiene Dios reflexionando sobre la resurrección del hijo de la viuda de Naim.

Por la  tarde, llego la hora de sacar nuestro lado mas creativo. Esta vez nos tocaba hacerle un regalo a la Virgen y como la Virgen nos quiere a todas por igual independientemente de tu condición social, de tu país de origen, de cómo vistas.. porque ella nos  quiere por cómo somos por dentro, decidimos hacer un concurso de disfraces y al final los residentes le tenían que regalarle una flores de papel a la Virgen, ¡montamos una verdadera fiesta!

Llego la hora de partir hacia Madrid, con gran pena de despedirnos de los residentes, ya que es casi como nuestra  casa, pero nos fuimos con alegría  por todo lo que habíamos aprendido y por todo lo que nos llevábamos y con muchas ganas de que llegue la próxima misión.

EN TODO AMAR Y SERVIR.  

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